¿QUÉ ES LA LUZ AZUL?

05. Juni 2020

Últimamente se habla mucho de la luz azul, pero ¿qué es la luz azul y que efecto tiene sobre nuestro organismo y, sobre todo, sobre nuestros ojos?

La luz azul es parte de la luz visible, la región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir. Un 25% de la luz blanca es, en realidad, luz azul, un componente natural y necesario de la luz, cuya longitud de onda se enclava entre los 380 nm y los 475 nm aproximadamente (siendo la parte más baja del espectro de luz).

La luz azul, es la parte del espectro visible que se encuentra más cerca de la luz ultravioleta (dañina para nuestra piel y los ojos). Los ojos están expuestos a diario a la luz azul ya que la luz azul es emitida por fuentes naturales y artificiales. Siendo el sol, la principal fuente natural de luz azul.

Sin embargo, en los últimos años se ha aumentado significa mente el tiempo en el que estamos dispuestos a la luz azul de origen artificial:

  • Luces LED: Los móviles/smarphones y la mayoría de los dispositivos electrónicos están compuestos de este tipo de luces. Si tenemos en cuenta que estos dispositivos se usan en distancias cortas, aumenta el grado de exposición a este tipo de luz. La irrupción de los dispositivos electrónicos que emiten tanta cantidad de luz azul-violeta se ha producido en muy poco tiempo, sin dejar tiempo suficiente para que el organismo cree mecanismos fisiológicos de compensación para protegerse.

  • Tubos Fluorescentes: que se utiliza para iluminar los interiores de oficinas y edificios en general.

¿ES NOCIVA LA LUZ AZUL?

No todos los rayos de luz azul son perjudiciales para nuestra salud. Existen dos tipos de luz azul dependiendo de su lugar en el espectro: la luz azul-violeta y la luz azul-turquesa.

Se ha detectado algunos efectos de la luz azul-violeta que pueden ser prejudiciales, como:

• Fatiga y estrés visual: Aparece cuando los ojos pasan demasiado tiempo frente a un smartphone u otro tipo de pantalla. Se conoce también como Síndrome Visual Informático (SVI). Se manifiesta en forma de dolores de cabeza, ojos rojos, secos, cansados, etc. Pasar más de dos horas al día delante de un ordenador o en entornos multipantalla aumenta los riesgos de sufrir este síndrome.

• Alteración de los ritmos circadianos: la exposición a la luz azul reduce la síntesis de la melatonina, la hormona del sueño. Al utilizar los dispositivos móviles y otras pantallas por la noche, le estamos diciendo a nuestro organismo que es de día y, por lo tanto, interpreta que todavía no es hora de dormir y esto, a la larga, puede llegar a causar serios problemas de salud. Es por ello por lo que los expertos recomiendan no utilizar los smartphones ni dispositivos al menos dos horas antes de acostarse.

Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE): Es un trastorno ocular que se produce en la mácula, la parte de la retina encargada de percibir el detalle de lo que vemos. Esta patología destruye lentamente la visión central, provocando dificultades para leer y para visualizar los detalles más finos. Normalmente, suele aparecer a partir de los 60 años, de ahí que se asocie a la edad. Las células que componen esta zona no tienen capacidad de regeneración y pueden llegar a desaparecer cuando pasan demasiado tiempo expuestas a este tipo de luz. Actualmente se están llevando diversos estudios sobre el efecto de la luz azul-violeta en la aparición o aceleración de la DMAE.

El efecto nocivo a nivel ocular/visual de luz azul (además de la fatiga y cansancio visual, y la alteración del sueño y los ritmos circadianos) es que el efecto fototóxico se da en la retina y cristalino, y es acumulativo a lo largo de los años. De ahí la importancia de protegerse desde niños. Además de la DMAE, se sospecha que la formación de cataratas se ve potenciada por la exposición a la luz azul-violeta. Así como también sequedad ocular.

Sin embargo, otro tipo de luz azul, la luz azul-turquesa, aporta numerosos beneficios para nuestro organismo. Entre ellos:

  • Anti jet-lag: este tipo de luz se encarga de poner en hora el reloj biológico. Cuando trasnochamos o sufrimos un cambio brusco de horario, por ejemplo, en un viaje largo, la luz azul-turquesa es la responsable de regular los ciclos de sueño, la temperatura corporal y los procesos cognitivos y de memoria.

  • Constricción pupilar: la luz azul-turquesa es la responsable de poner en marcha este mecanismo de protección natural que tiene la retina y que sirve para proteger a los ojos frente al exceso de luz.

  • Agudeza visual: gracias a los rayos de luz azul-turquesa el ojo puede percibir de forma correcta los colores y discriminar otros detalles de los objetos como la iluminación, distancia o forma.

  • Reducción del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares: la luz azul relaja los vasos sanguíneos, aumenta el flujo y disminuye la presión arterial, reduciendo así las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.

 ¿Qué podemos hacer para protegernos de sus efectos negativos y cómo beneficiarnos de los efectos positivos de la luz azul?

  • Hacer un uso racional de los dispositivos móviles, sobre todo en niños y adolescentes, y evitar su uso en las horas previas a acostarse.

  • Dieta basada en frutas y verduras. Los alimentos ricos en antioxidantes protegen frente a la DMAE. Las personas con cataratas suelen tener niveles bajos en su retina de dos antioxidantes: luteína y zeaxantina. La luteína se encuentra en el kiwi, las uvas rojas, el calabacín y la calabaza. Las naranjas, el melón dulce, el mango y la papaya son ricos en zeaxatina. El maíz y las verduras de hoja verde, como el brécol, las espinacas o los guisantes verdes, contienen tanto luteína como zeaxatina.

  • Uso de lágrimas artificiales.

  • Utilizar gafas con tratamientos específicos que bloquean las radiaciones nocivas de la luz azul, UV e infrarrojos, como el que incluimos gratuitamente con la compra de packs promocionales de gafas (lentes + monturas).*

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